Editorial

Bajas coberturas en educación media

La situación a la que se enfrentan los jóvenes en Honduras no es nada halagadora, sin oportunidades de acceso a la escuela o a un trabajo digno, están permanentemente expuestos a ser víctimas de las redes de delincuentes y narcotraficantes que pululan por el territorio nacional, y, en muchos casos, a ir en busca del mal llamado sueño americano, sin importar los riesgos a los que se van a enfrentar en el largo y tedioso camino.

No es nuevo escribir sobre las bajas coberturas de educación en los tres niveles, y tampoco de las pocas acciones, y hasta el desinterés en atender estos temas, por parte de los políticos de turno en la administración del Estado, sin importar bajo qué bandera se cobijen, y quienes lo único que sí han dejado claro es que la educación es un importante tema de campaña electoral.

La cobertura de educación media en 2024 ha sido de las más bajas en los últimos años en el país. Solo 191,211 jóvenes de entre 15 y 17 años de edad están matriculados en el sistema y más de 394,000 están fuera, según cifras oficiales. ¿Las causas? Son las mismas por las que, históricamente, millones de niños, niñas y jóvenes año con año no acceden al sistema educativo: la pobreza, la principal, y aunado a ello, la necesidad de trabajar para apoyar a sus familias.

Las autoridades educativas siempre tienen una respuesta a la pregunta de qué hacen para enfrentar este problema, pero una vez en el campo nos damos cuenta que lo que se hace, o dicen que hacen, no es suficiente, pues miles y miles de jóvenes no están en las aulas de clase y, lo peor, que se alejan cada día más de ella.

La realidad deja claro que lo que tienen que hacer debe ir más allá del discurso político. La educación media es crucial en la formación académica y personal de los jóvenes, pilares fundamentales, a su vez, del desarrollo que demanda la nación. Por ello, es imperativo trabajar para abordar sus desafíos de manera más efectiva.